El pasado miércoles 26 de febrero, la sede de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID) en Madrid acogió la jornada de cierre del proyecto de acceso a la energía para poblaciones refugiadas y de acogida en Dollo Ado (Etiopía) de la Alianza Shire. Durante el evento se repasaron los logros del proyecto en Etiopía, se expusieron los desafíos enfrentados y se debatió sobre el futuro del acceso a energía en contextos de crisis humanitaria y desplazamiento forzado.

El encuentro fue inaugurado por Antón Leis, director de AECID, quien destacó la importancia de la electrificación sostenible en los campos de refugiados: «El acceso a la energía no es solo una cuestión de desarrollo, sino de derechos humanos. Garantizar energía limpia y asequible en contextos de crisis es clave para mejorar la vida de millones de personas», afirmó.

Alianza Shire: una alianza pionera en la cooperación, colaborando desde 2014

Como representantes institucionales de las organizaciones miembro de la Alianza Shire, intervinieron a continuación Lucía Prieto, directora de la Oficina de Acción Humanitaria de la AECID; Grainne O’Hara, representante de ACNUR en España; Cristina Ruiz, gerente de Fundación acciona.org; David Albertín, presidente y director general de Signify España; Mónica Oviedo, responsable de Desarrollo Sostenible y Agenda 2030 en Iberdrola; y Carlos Mataix, director del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid – itdUPM.

Por parte de AECID, Lucía Prieto subrayó la relevancia de esta colaboración: «Este proyecto es un referente de cómo el sector público, el sector privado y la academia pueden unir fuerzas para aportar soluciones sostenibles a las crisis humanitarias». Además, en un momento donde la financiación en acción humanitaria presenta limitaciones, hacen falta proyectos como la Alianza Shire como medio facilitador de soluciones duraderas, señaló.

Desde ACNUR, Grainne O’Hara enfatizó la relevancia de la inclusión de la población refugiada y las comunidades de acogida por el impacto que implica: «Los refugiados no deben ser vistos como meros beneficiarios de ayuda, sino como actores clave en la gestión y mantenimiento de los servicios que mejoran sus vidas». En esta misma línea, Cristina Ruiz remarcó la importancia de alejarse de enfoques asistencialistas: «Debemos romper con el paradigma de la donación y avanzar hacia modelos que permitan la autonomía de las comunidades. Apostamos por un enfoque de derechos, obligaciones y responsabilidades que las comunidades adquieren con el servicio».

Por su parte, David Albertín resaltó el papel de la tecnología: «La innovación en energía solar ha permitido crear soluciones adaptadas a contextos de extrema vulnerabilidad, sin depender de infraestructuras tradicionales». Y esto tiene importantes impactos medioambientales, como subrayó Mónica Oviedo: «El uso de energía limpia no solo mejora la calidad de vida en los campos, sino que también reduce la presión sobre los ecosistemas locales, evitando la deforestación causada por el uso de biomasa».

Carlos Mataix cerró la mesa poniendo en valor la metodología de trabajo: «No basta con innovar tecnológicamente; es crucial innovar en la forma en la que colaboramos. La Alianza Shire es un modelo replicable». Y lo confirmó Mónica Oviedo: “Uno de los mayores aprendizajes que hemos tenido en Iberdrola es que una manera diferente de trabajar es posible. Gracias a la Alianza Shire se ha adquirido un conocimiento que de otra forma habría sido imposible”.

El trabajo de la Alianza Shire desde la mirada técnica: resultados tangibles y desafíos operativos

La segunda ronda de intervenciones, moderada por Macarena Romero (responsable de Programas de Acción Humanitaria en Etiopía, AECID), se enfocó en exponer los logros técnicos del proyecto.

Tras una explicación del contexto de los campos de refugiados de Dollo Ado por parte de Noor Isse Hared (de la ONG local Save the Environment Ethiopia), Jordi Manrique (Signify) destacó el impacto social del alumbrado público: «La instalación de farolas solares ha reducido significativamente los riesgos de violencia en los campamentos, especialmente para mujeres y niñas».

Claramente, «no solo se trata de instalar sistemas, sino de asegurar que las comunidades puedan operarlos y mantenerlos a largo plazo», destacó Rosario Sánchez (Iberdrola), quien lideró la instalación de la minirred solar en el campo de Kobe, y la creación de una comunidad energética entre distintas instituciones beneficiarias de la minirred.  En esa misma línea, Manuel Pastor (Fundación acciona.org) subrayó el papel de la formación al personal local: «Hemos capacitado a técnicos entre la población refugiada para que sean ellos quienes gestionen y reparen los sistemas».

Además de capacitar a agentes locales, también la documentación de la experiencia fue crucial: «Este proyecto nos ha enseñado lecciones valiosas que servirán para futuras intervenciones en otros campamentos”, enfatizó Sonia Ramos (itdUPM).

¿Lo más importante? El impacto generado en las comunidades. Como apuntó Noor Isse Hared: «Antes de la instalación de los sistemas solares, la mayoría de las familias dependían de generadores costosos o vivían sin electricidad. Ahora tienen acceso a luz para sus hogares y pequeños negocios».

Una de las conclusiones compartidas fue que los logros técnicos requirieron no solo del expertise de cada organización de la alianza, sino sobre todo altas dosis de colaboración y de capacidad de gestión de las diferencias: “Los conocimientos y capacidades están distribuidas dentro de las organizaciones, por lo que tenemos que colaborar, tejer redes de afecto y perder el miedo al conflicto. El conflicto es inherente a la colaboración y de él se puede aprender”, destacó Sonia Ramos (itdUPM).

Mesa de debate: energía, cambio climático y desplazamientos forzados

Tras la presentación de los resultados del proyecto, se amplió el alcance de la conversación para interpretar los retos del acceso a energía y la ayuda humanitaria a la luz del contexto global de aumento de las poblaciones en movimiento y de cambio climático. “Hay más de 120 millones de personas desplazadas a la fuerza en el mundo y la mayoría salen de países que ya son bastante frágiles por cambio climático. Además, muchos de los que cruzan fronteras lo hacen a otros países que también presentan esa fragilidad. Esto supone un reto para las personas refugiadas y también para los gobiernos que trabajan en su protección”, introdujo Edelmira Campos, asistente de Relaciones Exteriores en ACNUR y moderadora de la mesa.

“Efectivamente, el cambio climático existe y es uno de los principales factores de expulsión de poblaciones en contexto vulnerable: se trata de un multiplicador de riesgos que agrava los contextos humanitarios”, confirmó Mario Fanjul, responsable de la Cooperación Española en Etiopía, quien agregó: “El principal reto y riesgo que tenemos en acción humanitaria es el negacionismo climático”. Pero también está el reto de la financiación de la ayuda, como destacó Laura Fortes, gestora sénior de Acceso a Financiación en Gogla: “Hablar de financiación del acceso a energía es hablar de justicia climática, porque las personas más afectadas por el cambio climático son las que menos han contribuido a él”.

Por su parte, Pauline Cyiza, asesora regional de Energía y Mercados en Ayuda en Acción Uganda, ahondó en el impacto del acceso a energía en la estabilidad social: «La electricidad permite a las comunidades refugiadas desarrollar actividades productivas, lo que reduce la dependencia de la ayuda humanitaria y fortalece la cohesión con las comunidades de acogida».

Por eso «desde la UE estamos impulsando programas que fomenten la transición energética en contextos de crisis, y el modelo colaborativo de la Alianza Shire es un ejemplo de cómo hacerlo de manera efectiva», señaló Stefan Wetzel, responsable del Programa de Migración y Protección Social de la Delegación de la UE en Etiopía.

Como afirmó Lucía Prieto en sus palabras finales, la Alianza Shire no es un punto final, sino un modelo a replicar: «Este proyecto es solo un comienzo; necesitamos más iniciativas como esta en otros contextos».

 

  • La Alianza Shire, que fue seleccionada como buena práctica en el primer Foro Mundial de Refugiados, acaba de concluir un proyecto de acceso a energía renovable en los campos de refugiados y las comunidades de acogida de Kobe e Hilaweyn, en Dollo Ado, al sur de Etiopía.
  • Con un modelo de trabajo basado en la colaboración público-privada-social, se ha instalado una minirred solar que abastece a 16 centros comunitarios, 207 luminarias solares en vías públicas y más de 1.700 sistemas fotovoltaicos domiciliarios, mejorando las condiciones de vida y de empleo de unas 55.000 personas de comunidades refugiadas y de acogida. Además, se han diseñado innovadores modelos de gestión para garantizar la sostenibilidad de las soluciones implementadas.
  • El proyecto ha sido impulsado por una alianza multiactor formada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid (itdUPM), la Fundación acciona.org, Signify e Iberdrola; y cuenta con la colaboración de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y la cofinanciación de la Unión Europea.

 

Madrid, 27 de febrero de 2025. La Alianza Shire, primera alianza multiactor para la acción humanitaria de España, presentó ayer los resultados de un proyecto de acceso a energía que acaba de concluir, dirigido a la población refugiada y de acogida de Dollo Ado, una zona remota en el sur de Etiopía que se encuentra a cientos de kilómetros de la red eléctrica y sin acceso a infraestructuras básicas.

Gracias a dicho proyecto -cofinanciado con 3,05 millones de euros por la Unión Europea a través de la AECID, que a su vez ha aportado 741.600 €- se ha llevado a cabo un trabajo de electrificación basado en energía solar fotovoltaica que ha contribuido a mitigar la falta de acceso a energía en los hogares, el acceso irregular en los servicios comunitarios (como escuelas o centros de salud) y la falta de iluminación nocturna en los campos de personas refugiadas de Kobe y de Hilaweyn, dos de los cinco campos de Dollo Ado.

Con más de un millón de personas refugiadas, Etiopía es de los principales países de acogida del mundo y el tercero en África. Los cinco campamentos en Dollo Ado – Bokolmanyo, Kobe, Buramino, Hilaweyn y Melkadida-, situados en la región Somalí de Etiopía, acogen a más de 218.000 personas refugiadas de Somalia. Ante tales desplazamientos de población, el acceso a energía es una de las principales prioridades, ya que permite el acceso a otros servicios básicos, como la educación, la salud, la generación de medios de vida, la seguridad, etc.

 

Soluciones energéticas basadas en renovables y su impacto en la población

El proyecto desplegado por los socios de la Alianza Shire -facilitado por la AECID en colaboración con el itdUPM- ha contado con diferentes soluciones basadas en renovables y dirigidas a solucionar la falta de acceso a energía: una minirred solar aislada, 207 luminarias solares para el alumbrado de vías públicas y más de 1.700 sistemas fotovoltaicos aislados para el acceso a servicio eléctrico domiciliario.

Desarrollada bajo la coordinación de Iberdrola, la minirred fotovoltaica (de 125Wp / 161kWh) ha sido instalada en el campo de personas refugiadas de Kobe y está proporcionando energía de forma estable hasta a 16 centros comunitarios, tales como instalaciones sanitarias, escuelas y edificios administrativos, además de suministrar cocina eléctrica en cinco escuelas.

Para su diseño se han seguido los principios de una comunidad energética, donde las instituciones beneficiarias participan en las decisiones como cogestoras de la energía producida. Esta solución está permitiendo responder al problema de los frecuentes cortes de suministro que impedían el correcto funcionamiento de servicios críticos para la vida comunitaria, y está beneficiando a unas 9.500 personas.

En Kobe también se han instalado 207 luminarias solares, que están iluminando varios de los caminos del campo de personas refugiadas y de su comunidad de acogida. Donadas por la Fundación Signify -y gracias a la facilitación de AECID para su importación e instalación- estas soluciones de iluminación cuentan con un panel y una batería integrados que permiten almacenar la energía solar que reciben durante el día e iluminar los caminos en cuanto cae la noche, sin necesidad de desplegar cableado.

Gracias a estas luminarias -para cuya localización se ha contado con la participación de la población local, especialmente mujeres y menores- el porcentaje de espacios públicos iluminados ha pasado del 13% del territorio a aproximadamente el 45%, y unas 38.000 personas cuentan con mayor seguridad al caer de la noche.

Finalmente, a través de la coordinación con la Fundación Acciona.org, AECID, el itdUPM y el socio local Save the Environment Ethiopia (SEE), en Hilaweyn -donde el 98% de los hogares no tenía acceso a electricidad- se han distribuido e instalado más de 1.700 sistemas fotovoltaicos domiciliarios de tercera generación, que están proporcionando energía eléctrica a los hogares de unas 13.000 personas, tanto refugiadas como de la comunidad de acogida.

El modelo de provisión de servicio eléctrico domiciliario desplegado en Hilaweyn, diseñado para permanecer en el tiempo, es el resultado de una adaptación al contexto humanitario de la iniciativa de electrificación rural “Luz en Casa”, que la Fundación acciona.org implementa en diferentes países, y que se basa en la idea de provisión de servicio, con el monitoreo de la operación y el mantenimiento de los sistemas. De esta manera, pueden perdurar en el largo plazo el uso de la luz eléctrica, de algunos aparatos eléctricos o la carga de móviles, así como su impacto positivo en la economía, la educación, la productividad, o el medio ambiente de las comunidades beneficiadas.

El proyecto en su conjunto se ha implementado en coordinación con la Agencia de la ONU para los Refugiados y la agencia del Gobierno etíope Refugee and Returnees Service (RRS).

La sostenibilidad y el trabajo en alianza, ejes transversales del proyecto de Dollo Ado

En cada una de las soluciones energéticas implementadas en los campos de personas refugiadas de Kobe e Hilaweyn se ha buscado garantizar no solo la calidad, sino también la sostenibilidad en el tiempo de la instalación.

Para ello, se han diseñado innovadores modelos económicos y de gestión, basados en la colaboración multiactor que implican la coordinación y el compromiso de organizaciones locales como la ONG SEE, las cooperativas energéticas de los dos campos de refugiados, la agencia del Gobierno etíope Refugee and Returnees Service (RRS), y la propia población refugiada y de las comunidades de acogida.

En particular, en dichos modelos juegan un papel clave las cooperativas energéticas de Hilaweyn y Kobe, dos empresas locales formadas por personas refugiadas y de las comunidades de acogida, capacitadas para la gestión y mantenimiento de soluciones energéticas, y que se financian gracias al pago de pequeñas cuotas por parte de los beneficiarios -sean instituciones o particulares- las cuales se hacen así corresponsables de la solución energética instalada.

El diseño y la implementación tanto de las distintas soluciones energéticas, como de los mencionados modelos de gestión, constituye una innovación en el sector del acceso a energía en contextos humanitarios, y ha sido posible gracias a la unión del sector privado e instituciones públicas que han colaborado estrechamente en el marco de la Alianza Shire.

 

Tras la reciente conclusión del proyecto de acceso a energía llevado a cabo en los campos de personas refugiadas y comunidades de acogida de Dollo Ado (Etiopía), desde la Alianza Shire celebraremos un encuentro el próximo miércoles, 26 de febrero, a las 9:00h, en el auditorio de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID), en Madrid.

El evento será no solo una oportunidad para compartir los resultados, el impacto y los aprendizajes del trabajo colaborativo de estos últimos años, sino también un espacio para reflexionar sobre las alianzas y el acceso a energía en la acción humanitaria en un contexto global de cambio climático y aumento de poblaciones en movimiento.

Bajo el lema “Alianza Shire: Diez años de experiencia en acceso a energía en contextos humanitarios. Retos y oportunidades”, intervendrán representantes de las organizaciones miembro de la alianza, de entidades etíopes que han participado en el proyecto, así como agentes relevantes del ámbito humanitario, de la innovación y el cambio climático.

El evento se llevará a cabo en castellano e inglés, y será presencial. Se grabará y se podrá seguir a posteriori a través del canal de Youtube de la AECID. Os esperamos.

 

INSCRIPCIONES

 

AGENDA DEL EVENTO:

09:00h – Recepción de participantes

09:30h – Bienvenida institucional

  • Antón Leis, director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

09:35h – Alianza Shire: colaborando desde 2014

  • Lucía Prieto, directora de la Oficina de Acción Humanitaria de la AECID
  • Grainne O’Hara, representante de ACNUR en España
  • Cristina Ruiz, gerente de Fundación acciona.org
  • David Albertín, presidente y director general de Signify España
  • Mónica Oviedo, responsable de Desarrollo Sostenible y Agenda 2030 en Iberdrola
  • Carlos Mataix, director del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid – itdUPM

10:05h – Vídeo sobre los resultados del proyecto

10:10h – Resultados e impacto del proyecto de la Alianza Shire en Dollo Ado (Etiopía)

  • Noor Isse Hared, area manager, Save the Environment Ethiopia (SEE)
  • Jordi Manrique, director de Comunicación de Signify
  • Rosario Sánchez, manager de Desarrollo Sostenible y Agenda 2030 en Iberdrola
  • Manuel Pastor, responsable de provisión de servicios en Fundación acciona.org
  • Sonia Ramos, coordinadora de la oficina de Proyecto Alianza Shire en itdUPM

Modera: Macarena Romero, responsable de Programas de Acción Humanitaria en Etiopía, AECID

11:15h – Descanso para café

11:45h – Mesa de debate: Cambio climático y poblaciones en movimiento. El acceso a energía en acción humanitaria desde una perspectiva global

  • Laura Fortes, gestora sénior de Acceso a Financiación en Gogla
  • Pauline Cyiza, asesora regional de Energía y Mercados en Ayuda en Acción Uganda
  • Mario Fanjul, responsable de la Cooperación Española en Etiopía
  • Stefan Wetzel, responsable del Programa de Migración y Protección Social de la Delegación de la UE en Etiopía

Modera: Edelmira Campos, asistente de Relaciones Exteriores en ACNUR

12:45h – Despedida y cierre

 

Descarga el PROGRAMA

 

 

 

El pasado 17 de diciembre, cuatro representantes de la Alianza Shire fueron los protagonistas de una entrevista en el programa “África Hoy” de RNE.

Rosario Sánchez, manager de Desarrollo Sostenible y Agenda 2030 de Iberdrola; Macarena Romero, responsable de Programas de Acción Humanitaria de la AECID en Etiopía; Sonia Ramos, coordinadora de la oficina de Proyecto Alianza Shire y Jordi Manrique, portavoz de Signify, conversaron con la periodista Mavi Aldana, presentadora del programa.

En la entrevista se profundizó principalmente en el trabajo de la Alianza Shire en Kobe: el despliegue del alumbrado público solar y su impacto en la seguridad de las mujeres y las niñas del campo; la minirred solar que está dando energía estable a los servicios comunitarios a través de un modelo de gestión inspirado en las comunidades energéticas; y, finalmente, en las claves para los logros alcanzados. Ante esta pregunta, los cuatro entrevistados coincidieron en que las claves del éxito de este proyecto fueron tener claro el objetivo compartido; el compromiso sostenido de todos los socios de la Alianza; la escucha activa a lo largo del proceso y la toma de decisiones compartida.

 

Escucha aquí el programa

 

El pasado 6 de noviembre, Addis Abeba fue testigo de un Foro de Alto Nivel promovido por la Alianza Shire, un evento que marcó la culminación de años de trabajo de los socios de la alianza para dar acceso a energía en los campos de refugiados y comunidades de acogida de Kobe e Hilaweyn, en Dollo Ado (Etiopía). El encuentro reunió a actores clave del proyecto y del sector humanitario en Etiopía, y permitió compartir resultados, aprendizajes y perspectivas futuras sobre esta iniciativa.

Bajo el título “Acceso a las energías renovables en contextos humanitarios en ETIOPÍA: Empoderamiento de los refugiados y las comunidades de acogida mediante soluciones energéticas sostenibles”, participaron en el encuentro Sofie From-Emmesbergera, embajadora de la Unión Europea en Etiopía, el embajador de España en Etiopía, Guillermo López Mac-Lellan, y Bernard Inkoom, representante de ACNUR en el país.

No faltaron representantes de diferentes organizaciones involucradas en el proyecto: AECID, la ONG etíope Save the Environment Ethiopia (SEE), Iberdrola, Acciona.org, o el itdUPM; así como miembros de organizaciones del sector humanitario, como GIZ Etiopía, el World Food Programme, Humanitarian Energy; y representantes de autoridades públicas locales, como RRS o Woredas.

 

 

Resultados del proyecto e impacto en las comunidades

Tras una bienvenida institucional, tuvo lugar una presentación de los resultados concretos del proyecto. A continuación, con el espíritu de abrir la conversación sobre los modelos de gestión del acceso a energía en contextos humanitarios, y la sostenibilidad de las intervenciones energéticas, se realizaron diferentes diálogos multiactor con representantes de la Alianza Shire, instituciones públicas locales y las principales organizaciones humanitarias o especializadas en acceso a energía.

Abrió el primer panel Lucía Prieto, directora de la Oficina de Acción Humanitaria de la AECID, quien dio una perspectiva histórica de la Alianza Shire, destacando cómo en 2014 esta movilizó esfuerzos multisectoriales para instalar soluciones energéticas sostenibles en el campo de refugiados de Adi-Harush (en la región de Shire), beneficiando a 8.000 personas, y cómo luego el proyecto se expandió a otros campos como Kobe e Hilaweyn (en Dollo Ado, en la región Somali), beneficiando a más de 50.000 refugiados y miembros de las comunidades locales, con la instalación de alumbrado público, una minirred solar y más de 1700 sistemas fotovoltaicos domiciliarios.

¿Cuáles han sido los impactos? Abdulkadir Fareh, de la ONG Save the Environment Ethiopia (SEE), explicó que la iluminación pública no solo ha mejorado la seguridad, sino que ha permitido la ampliación de actividades económicas nocturnas, fortaleciendo la cohesión social. “Para las mujeres, salir de noche ya no es motivo de temor, y los negocios locales han florecido en horarios extendidos”, declaró.

Además, el acceso a energía renovable ha reducido la dependencia de la leña, mitigando así la deforestación y contribuyendo a la sostenibilidad ambiental, destacó Rosario Sánchez, representante de Iberdrola. En particular, la instalación de la minirred que ya abastece de electricidad fiable y constante a 16 centros comunitarios en Kobe (entre los cuales hay escuelas y centros de salud), ahora facilita servicios esenciales como la refrigeración de medicamentos, la esterilización de los centros y mejora los entornos educativos.

Macarena Romero, de la AECID, señaló principalmente los impactos que ha tenido la intervención en cada campo. Por ejemplo, en el campo de Hilaweyn más de 1.700 hogares se benefician de energía solar, y que las escuelas de Kobe han experimentado una transformación importante: ahora los alumnos pueden estudiar en buenas condiciones, y los programas de alimentación escolar han mejorado la nutrición y la asistencia.

Cristina Ruiz, de la Fundación Acciona.org, se centró en el impacto de la formación técnica a las cooperativas locales de ambos campos de refugiados, que ahora tienen la capacidad de mantener la infraestructura solar y gestionar los sistemas energéticos de manera autónoma. “Esto no solo fomenta la apropiación local, sino que asegura que los beneficios del proyecto se extiendan más allá de su implementación inicial”, afirmó.

Aun con resultados positivos, los invitados compartieron que persisten desafíos, como garantizar la disponibilidad de piezas de repuesto conectando las cooperativas energéticas locales con los proveedores de estas piezas, y lograr que la comunidad local acepte un modelo basado en el de pago por servicio.

Con respecto a esto último, Manuel Pastor (Fundación acciona.org) defendió la necesidad de un modelo de pago por servicio, esencial para mantener la infraestructura a largo plazo. “La transición de un modelo basado en subvenciones a un modelo de provisión de servicio en el que los beneficiarios contribuyen económicamente plantea retos en términos de aceptación por parte de la comunidad. En el caso de la Alianza Shire, este cambio requirió un amplio diálogo y esfuerzos educativos para garantizar que la comunidad comprendiera el valor de la prestación de servicios sostenidos en el tiempo”, apuntó.

 

Mirando al futuro: expansión del modelo y el reto de la sostenibilidad

El Foro concluyó con un llamamiento a expandir las soluciones exitosas a otros campos de refugiados y comunidades de acogida, siempre adaptando los modelos a los contextos locales. Bajo la moderación de por Stefan Wetzel, representante de la Unión Europea, y Javier Mazorra, del itdUPM, los panelistas coincidieron en que la colaboración entre actores humanitarios, empresas privadas y comunidades locales es esencial para garantizar la sostenibilidad de estas iniciativas.

Con todo, la Alianza Shire ha demostrado que el acceso a la energía puede transformar vidas, generando oportunidades económicas, fortaleciendo la educación y protegiendo el medio ambiente. Sin embargo, para que estos avances sean duraderos, es fundamental combinar mantener la financiación, fomentar las alianzas y promover un enfoque participativo que ponga a las comunidades en el centro del desarrollo.

 

El jueves 28 de noviembre, Mario Fanjul, responsable de la Cooperación Española en Etiopía, participó en representación de la Alianza Shire en las X Jornadas Estatales de Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).

Bajo el lema “El valor del trabajo en común en la respuesta a las crisis: más allá de la coordinación”, estas jornadas pretendían abordar iniciativas que mostraran cómo el sector humanitario debe trabajar de manera conjunta con otros actores que tradicionalmente no han formado parte del espectro humanitario, analizando los principales retos y oportunidades que esa colaboración presenta.

Las Jornadas se desarrollaron en dos sesiones. Una primera sesión presencial tuvo lugar en La Casa Encendida el 27 de noviembre, y el día siguiente fue el turno de una sesión online que, con el título “La colaboración más allá de los espacios tradicionales”, se centró en casos de estudio concretos, como la Alianza Shire.

 

 

En su intervención, tras ilustrar el trabajo llevado a cabo por los socios de la Alianza en Melkadida, y sus resultados concretos, Mario Fanjul compartió con los participantes algunas reflexiones y aprendizajes después de diez años de trabajo colaborativo.

Declaró que las alianzas no deben ser una moda, y que es clave definir roles e intereses de los diferentes socios con honestidad. Además, subrayó que “trabajar en alianzas multiactor, yendo más allá de los espacios tradicionales, requiere establecer mecanismos de toma de decisiones” y “definir los niveles de implicación y alcance real de cada miembro”.

También afirmó que “trabajar en alianza es un ejercicio de generosidad”, y que “en algunas ocasiones es necesario ceder espacios”, reconociendo “cómo estamos contribuyendo todos y todas a un mismo objetivo”.

Finalmente, destacó un elemento clave para el trabajo en modelos colaborativos, afirmando que “las alianzas multiactor son espacios de generación de soluciones innovadoras, pero en particular de innovación con sentido”.

 

 

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Una pieza clave del despliegue de la minirred que ya está abasteciendo a los servicios comunitarios del campo de refugiados de Kobe y su comunidad de acogida es la empresa de consultoría e ingeniería Trama TecnoAmbiental (TTA).

Se trata de una empresa global pionera en el sector de las microrredes basadas en las energías renovables 100% o híbridas, y que, en el caso de la Alianza Shire, ha trabajado codo a codo con Iberdrola, AECID y el itdUPM ocupándose del diseño y la ingeniería de la minirred, así como de los procesos de compra de materiales y la puesta en marcha.

Para entender mejor su rol en el proyecto desarrollado por la Alianza Shire, hemos entrevistado a Sergi Pedra, ingeniero industrial, project manager de TTA y uno de los principales responsables de que hoy la minirred sea una realidad.

Sergi, muchas gracias por atendernos. Para empezar, ¿nos puedes contar un poco más en detalle de qué se ha ocupado exactamente TTA en el proyecto de la Alianza Shire en Dollo Ado?

TTA tiene una larga trayectoria ofreciendo soluciones con diferentes tipos de tecnologías, siempre basadas en energías renovables y para clientes muy diversos. En el caso de la Alianza Shire, TTA ha sido contratista EPCC (Engineering, Procurement, Construction, and Commissioning), es decir, hemos sido los responsables de hacer la ingeniería, la compra de todos los equipos y el material, la construcción de la instalación y la puesta en servicio de la minirred destinada a abastecer de electricidad todos los servicios comunitarios del campo de refugiados de Kobe. Cuando hablamos de servicios comunitarios, nos referimos a hospitales, escuelas, centros recreativos, oficinas de la administración local y oficinas de organizaciones internacionales que están presentes y activas en el campo.

¿Qué solución técnica se ha diseñado e implementado en este proyecto y qué características tiene?

Una minirred es un sistema aislado de generación y distribución de energía, independiente de la red eléctrica, y basado en energía renovable. En el caso de la minirred de Kobe, uno de los requerimientos más importantes era que debía proveer electricidad a todos los servicios comunitarios que he citado anteriormente de manera ininterrumpida, es decir, durante todas las 24 horas del día y durante los 365 días del año, ya que había centros sanitarios entre ellos. Una vez que recibimos los perfiles de carga -es decir, cuando supimos cuánta energía consume cada uno de ellos y cuándo- dimensionamos todo el sistema, o sea que diseñamos tanto la parte de generación de energía como la parte de distribución, y también incluimos una parte de almacenamiento con baterías, para servir a los centros hospitalarios que también dan servicio de noche.

Una de las particularidades de esta minirred es que todos los centros comunitarios tienen contadores inteligentes que permiten gestionar la energía de forma muy simple y automática. Otra particularidad es que el sistema detecta automáticamente si hay conexiones ilegales.

¿Tenías experiencia previa en un contexto tan especial como un campo de refugiados? ¿Cómo describiríais la experiencia de trabajar con y para población refugiada?

Personalmente tuve una primera etapa laboral muy intensa en Oriente Medio y Asia, por ejemplo, en Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Jordania, Bangladesh, Pakistán. Y en cuanto a África, en estos últimos años he trabajado en Malawi, Tanzania, Mauritania, Egipto y ahora en Etiopía. En proyectos como el de Malawi, se trataba de instalación pequeña, con un tiempo de implementación breve, y por tanto el contacto con los beneficiarios también era limitado. En cambio, con el proyecto de Alianza Shire he estado incluso viviendo durante dos meses en el campo, y al final la interacción con la comunidad local es mucho más profunda e intensa.

La experiencia de trabajar en un campo de personas refugiadas ha sido única, de manera que uno se hace consciente de dónde se está realizando el proyecto, del para quién está trabajando. Por ejemplo, en el campo hay centros para tratar los traumas post llegadas de las personas que normalmente vienen de situaciones muy duras de conflictos, persecuciones violentas… De alguna forma esto se añade como un extra de motivación al trabajo que realizamos.

Me gustaría destacar que hemos trabajado “para” la población refugiada, por supuesto, pero sobre todo “con” ellos. Aquí el “con” ha sido muy importante.

 

 

La Alianza Shire surge hace diez años con la hipótesis de que, ante problemas complejos como el acceso a energía en ayuda humanitaria, unir la experiencia de organizaciones distintas y complementarias permite lograr resultados mejores que operando por separado.

Pero trabajar en alianza también conlleva retos, tener múltiples interlocutores, etc. ¿Cómo ha sido para vosotros colaborar con la Alianza Shire?

Mi valoración global es muy positiva. Ha sido enriquecedor trabajar con el grupo de personas expertas que se ha creado para esto y que incluía perfiles de diferentes organizaciones. A medida que avanzaba el proyecto y nos íbamos encontrando con dificultades o retos, nos reunimos casi cada semana para ir debatiendo cómo solucionarlos. Y hemos conocido a muy buenos profesionales que nos han ayudado a perfeccionar las soluciones que íbamos ofreciendo, con una perspectiva muy práctica y un gran conocimiento.

Algo que hemos valorado mucho es que las soluciones propuestas siempre han venido apoyadas por estrictos estándares de calidad y seguridad, y el proceso ha sido muy riguroso. A veces hay organizaciones con muy buen propósito, pero que descuidan la calidad cuando trabajan en países en desarrollo. En este caso ha sido al revés: nos hemos ceñido muy estrictamente a los estándares que Iberdrola maneja en Europa, y es algo que valoramos muy positivamente. Además, el aprendizaje ha sido mutuo: por ejemplo, por nuestra parte hemos aportado algo nuevo con los contadores inteligentes.

También ha habido una colaboración muy estrecha con AECID, que nos ha ayudado mucho en todos los temas operativos, y con el itdUPM hemos preparado un manual de operación y mantenimiento destinado a los agentes locales muy detallado y práctico.  Yo diría que nos hemos nutrido todos en ambas direcciones.

A veces hay organizaciones con muy buen propósito, pero que descuidan la calidad cuando trabajan en países en desarrollo. En este caso ha sido al revés: nos hemos ceñido muy estrictamente a los estándares que Iberdrola maneja en Europa, y es algo que valoramos muy positivamente.

¿Y qué nos dices de los retos?

Ha sido un desafío estar a la altura de exigencias de todo el mundo en un contexto donde había muchos factores que no podíamos controlar, y con tiempos muy cortos. En general, el gran reto de trabajar en alianza es cómo canalizar todo el valor de cada persona y de cada organización para el objetivo común sin perder fuerza en el camino.

En general, el gran reto de trabajar en alianza es cómo canalizar todo el valor de cada persona y de cada organización para el objetivo común sin perder fuerza en el camino.

 

En 2019, el Banco Mundial afirmaba que las minirredes solares tenían el potencial de abastecer de energía limpia a unos 500 millones de personas hasta 2030, presentándose como una de las principales soluciones que existen para reducir la brecha energética, sobre todo en países en desarrollo. ¿Cuál diríais que es la tendencia actual a este respecto? ¿Cuáles son las principales barreras y oportunidades para una mayor difusión de este tipo de soluciones?

La tendencia sigue y está en auge. Desde el Banco Mundial se está apostando mucho por este tipo de soluciones, que ofrecen grandes oportunidades en zonas como África, donde la población está muy dispersa en áreas muy alejadas de red eléctrica central.

Sin duda las minirredes ofrecen versatilidad y mayor fiabilidad de la energía que muchas redes nacionales, que padecen recurrentes cortes de luz. Cuando hay aparatos -como los de un hospital- que son muy sensibles y pueden estropearse, la estabilidad del suministro eléctrico es fundamental.

Los dos mayores obstáculos para que las minirredes se extiendan aún más es el capital que se necesita al principio, que es relevante, y tener personal preparado para mantenerlas a nivel operativo. En el caso de la Alianza Shire, el modelo de gestión que tienen es muy bueno, porque cuentan con una cooperativa energética local a la que hemos involucrado desde el principio y que estamos capacitando específicamente para mantener y operar la minirred, y también con un modelo de sostenibilidad financiera.

Los dos mayores obstáculos para que las minirredes se extiendan aún más son el capital que se necesita al principio, que es relevante, y tener personal preparado para mantenerlas a nivel operativo.

El próximo miércoles, 6 de noviembre, el Hyatt Regency Hotel de Addis Abeba acogerá un encuentro de alto nivel para conocer los resultados del trabajo de la Alianza Shire en Dollo Ado, así como para debatir sobre cuestiones clave del acceso a energía en acción humanitaria como los impactos transversales de la energía o la sostenibilidad de las intervenciones energéticas en situaciones de desplazamiento.

Bajo el título “Acceso a las energías renovables en contextos humanitarios en ETIOPÍA: Empoderamiento de los refugiados y las comunidades de acogida mediante soluciones energéticas sostenibles”, participarán en el encuentro representantes de la Unión Europea (principal financiadora del proyecto), el embajador de España en Etiopía, Guillermo López Mac-Lellan, o Bernard Inkoom, representante de ACNUR en el país.

Además, no faltarán representantes de diferentes organizaciones involucradas en el proyecto: AECID, la ONG etíope Save the Environment Ethiopia (SEE), Iberdrola, Acciona.org, o el itdUPM.

Con el espíritu de abrir la conversación sobre los modelos de gestión del acceso a energía en contextos humanitarios, y la sostenibilidad de las intervenciones energéticas, en la segunda parte del encuentro, tendrán lugar diferentes diálogos multiactor con representantes de la Alianza Shire, instituciones públicas locales y las principales organizaciones humanitarias o especializadas en acceso a energía.

PROGRAMA DEL ENCUENTRO 

Desde la Alianza Shire publicamos el documento “Designing a solar street lighting intervention in Kobe refugee camp” con el objetivo de contribuir al avance del conocimiento de a la comunidad internacional de practitioners del ámbito del acceso a energía en contexto humanitario.

Se trata de un informe técnico que detalla la metodología empleada para recabar información sobre el estado del alumbrado público en el campo de refugiados de Kobe y su comunidad de acogida, con el objetivo de lograr hacer un diseño participativo de la intervención.

La metodología consistió en una revisión bibliográfica de las iniciativas internacionales pertinentes, la recopilación de datos sobre el terreno, el análisis de estos datos y la elaboración de propuestas de diseño. Tras varias conversaciones con los agentes locales y contrastar la información anterior, finalmente se elaboró el diseño técnico final que condujo a la instalación de las luminarias solares.

Gracias a este proyecto, se instalaron 87 nuevos postes con farolas solares y se sustituyeron 118 luminarias solares que no funcionaban. Esta intervención amplió la superficie iluminada del campo pasando del 13,80% (17,17 hectáreas) a aproximadamente el 45,59% (56,74 hectáreas).

En las zonas señaladas como de riesgo, la cobertura de iluminación pasó del 9,48% (2,72 hectáreas) al 33,39% (9,57 hectáreas), con evidentes impactos positivos en la vida de mujeres y niñas.

 

 

Uno de los componentes principales de la intervención de la Alianza Shire en Kobe -la creación de una minirred solar capaz de abastecer de energía limpia y renovable a 16 servicios comunitarios- finalmente ha culminado la fase de instalación que comenzó en junio y, tras las pruebas pertinentes, ya está completamente operativa.

Gracias a esta minirred, desde esta semana estos espacios comunitarios -entre los cuales se cuentan escuelas, centros de salud, sedes de ONG e instituciones locales- ya están recibiendo el suministro de energía necesario para, por ejemplo, la iluminación de estancias, el acondicionamiento climático de locales mediante ventiladores, el funcionamiento de equipos informáticos, neveras, aparatos de comunicaciones y ollas eléctricas a presión para el cocinado de los menús escolares, entre otros.

El modelo de gestión, clave para la sostenibilidad en el tiempo de la minirred  

Para lograr que tal suministro de energía no solo sea adecuado en cantidad, sino también disponible cuando se necesite, de calidad, fiable, asequible, legal, saludable y sobre todo sostenible en el tiempo, durante tres años la Alianza Shire ha trabajado con los distintos actores relevantes del contexto para diseñar un sólido modelo de gestión que se ajustase al contexto humanitario y a las limitaciones del proyecto, y que está representado gráficamente en la siguiente infografía.

En este modelo, la minirred está conectada con 16 servicios comunitarios priorizados por los agentes locales, y las instituciones responsables de tales servicios (como por ejemplo ACNUR o Save the Children) se relacionan como si fueran una comunidad energética, participando en las decisiones como co-gestoras de la energía producida.

¿Y cómo participan las instituciones beneficiarias en la gestión de la minirred? A través del Comité de Dirección, que es quien vela por el correcto funcionamiento del sistema y canaliza las decisiones, donde participa también el Refugee & Returnee Service (RRS) -la oficina del gobierno etíope encargada de proteger a los refugiados y coordinar la asistencia en toda Etiopía-, entidad a la cual la Alianza Shire (AECID, itdUPM e Iberdrola en colaboración con ACNUR) ha transferido la propiedad de la minirred después de su instalación.

En este modelo, RRS delega la operación y el mantenimiento de la minirred en la cooperativa energética local, una empresa formada por personas refugiadas y de la comunidad de acogida, que se encarga también de gestionar los pagos de las instituciones beneficiarias a través de una entidad financiera.

Así, a través de la cooperativa, cada mes las instituciones beneficiarias pagan una cuota solidaria proporcional a su consumo energético, y esta cuota se destina a cubrir costes de la cooperativa para asumir las labores de operación y mantenimiento de la minirred, así como a un fondo de reserva para la compra de sistemas y componentes de repuesto. Las cuotas previstas en el modelo son muy inferiores a los costes que ya se pagan en la zona por los mismos servicios energéticos (electricidad, combustible y/o leña).

Así, en definitiva, se trata de un modelo que fomenta la cooperación entre varias partes para proporcionar un servicio eléctrico renovable, sostenible, eficiente y adaptable a las necesidades de las instituciones beneficiarias y cuyos beneficios ambientales y sociales recaen en la comunidad.